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DEPOSITE AQUI  

GALERIA METROPOLITANA, SANTIAGO, 2005

Objects deposited by the neighbors of Pedro Aguirre Cerda ward.

Yo creo que cada vez más la única forma de disfrutar el arte es participar de él.

José Luis Brea en entrevista al diario El Mercurio, citado por Metropolitana en su convocatoria para la curatoría Arte e Imagen 2005

 

Pareciera ser que gran parte de la labor curatorial de Galería Metropolitana se asociara a esta frase del teórico español José Luis Brea, a partir de la cual, además, podemos enfrentar la propuesta de Angie Saiz y Catalina Tuca Deposite aquí.

Presentado como “intervención pública”, uno podría preguntarse sobre qué efectivamente interviene este trabajo: es el espacio público el fin de la obra,  o más bien las propias vidas, actos domésticos, acciones rutinarias de los habitantes de las inmediaciones de la Galería Metropolitana los que se ven sorprendidos por la aparición de un elemento –buzón-  que los convoca a tomar parte de algo que luego será transformado en exhibición? Es la obra realizada para los habitantes de pedro Aguirre Cerda? Qué tipo de relación plantea la obra con los vecinos?[1]

De acuerdo con lo propuesto por las artistas, en este caso no se exhibirá lo que el arte da a los vecinos, sino lo que los vecinos darán al arte. Así, varias inversiones son las que este trabajo plantea.

 

Por un lado se invierte la relación público/exhibición: probablemente la principal relación del público con la obra sea aquella que se desarrolle en el mes previo a la exhibición en Metropolitana, es decir, el mes durante el cual  los habitantes de la comuna, usuarios de los lugares receptores de los buzones ideados por Saiz/Tuca, interactuarán –invisiblemente para nosotros, el público de la galería- respondiendo a la imperativa invitación de depositar aquí.

Por otro lado, el objeto de arte a exhibir. Las artistas lo han planteado como un “ready-made al revés”, en el sentido de que si el ready made duchampiano partía de la facultad del artista de señalar un objeto cotidiano como objeto artístico, por el mero hecho de su elección[2], es ahora el público el que transforma los objetos depositados en los buzones en objeto de arte.

Sin embargo, no sería más bien éste un ready-made de ida y vuelta, puesto que el  usuario del buzón no escoge el objeto depositado como objeto de arte, sino que son las artistas las que se valen del objeto del cual el usuario se desprende para transformarlo en el objeto a exhibir en la galería?

Obviamente el problema que exponen Saiz/Tuca es el relativo al ser y no ser del estatus artístico de un objeto. [Si volvemos a la cita de Brea: disfrutan los usuarios de los buzones con esta obra de arte porque participan de ella (o de su constitución)?]

Saiz plantea claramente esta opción al señalar que el trabajo propone “ver al público a través de sus objetos y no al artista que se expone a través de sus obras (una trampa para el público que “artistiza” sin saberlo los objetos que luego serán exhibidos)”[3].

Esta idea surge en Saiz tras su intervención de la vitrina h10 en Valparaíso con el proyecto Imágenes en tránsito (18 febrero al 9 de marzo 2005). Para este trabajo, la artista entregó una encuesta sobre hábitos de consumo frente a las artes visuales, a ser llenada por cualquier persona que habitara las calles cercanas a la galería, y depositadas en la pequeña vitrina que había sido acondicionada como buzón de recepción.

 

Al finalizar la exposición, de las 230 encuestas distribuidas sólo 7 fueron obedientemente contestadas y depositadas al interior de la vitrina. “Sin embargo, los transeúntes que a diario circulan por este lugar (Plaza Aníbal Pinto) fueron depositando de manera espontánea diversos tipos de objetos que resultaron ser elementos de comunicación mayor y más interesantes que las invitaciones diseñadas para  cumplir semejante objetivo: el de establecer un vínculo con el público”.[4]

 

En esa ocasión, los objetos recibidos fueron 90: 16 boletos de micro, 16 boletas de diversas compras, 7 volantes de locales comerciales, 6 boletos de bus, 1 ticket de metro, 3 entradas al cine, 11 envoltorios de dulces y snacks, 7 papeles de contacto (nombres, teléfonos, poemas, dibujos), 2 papelillos sueltos, 1 entrada a partido de fútbol, 1 imagen en blanco y negro de propaganda política universitaria, 1 pedazo de papel confort, 1 pedazo de toalla nova, 1 impresión de estado de cuenta del Banco Estado, 1 tatuaje plegable, 1 calcomanía, 1 parche curita, 1 condón, 1 sobre de sal, 1 palito de kojack, 1 pedazo de lana roja, 1 colilla de cigarro, 1 hoja de árbol seca, 3 manís salados, 2 monedas de cien pesos, 3 monedas de diez pesos.

 

 

Soledad Novoa Donoso

Julio 2005

 

 

 

 

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